Ensayo sobre el futuro eléctrico de la motocicleta: Moto E aburre a las piedras.

Tras ver la primera carrera oficial de motoE que ha tenido lugar en Sachsenring, Alemania, me surgen muchas preguntas sin resolver acerca de los planes de futuro que parece que nos quieren imponer de forma unilateral. No sé quién está detrás de la deriva cultural de los útlimos 20 años, sólo sé que parece que existe únicamente una respuesta para el futuro: las que nos dan los mismos que lo están construyendo y de la cuál se están beneficiando.

En cuanto al motor de explosión, la propulsión eléctrica como futuro más razonable:

Entiendo la primitiva y deficiente eficacia de los motores de explosión para transformar energía química en mecánica. Por ello comprendo que debamos buscar una transformación de nuestro modo de transporte. Algo menos contaminante, menos ruidoso, más eficiente y con más fuerza de empuje.

Con esto queda clara la lógica deriva hacia la propulsión eléctrica. La gran pega resultante es la obtención de la electricidad y es que la obtención por medios ‘verdes’ no termina de ser anecdótica frente a la gran demanda eléctrica que aumenta progresivamente.

Por eso, centrándonos en el mundo de las motos debemos hacernos las dos siguientes preguntas: ¿Son las motos un medio de transporte? ¿Es la batería la solución de almacenaje de energía conveniente?

¿Son las motos un medio de transporte?

Muchas empresas han cometido errores estratégicos al no entender bien qué servicio estaban dando. De esa manera se pierde el foco en la propuesta de valor. Responderé a esta pregunta: Sí, sirven para transportarse y no, no sólo son usadas como medio de transporte. Es más, en particular el sector del motociclismo tiene una gran oferta de ocio ‘deportivo’ a veces empleada como mixta -transporte y diversión- y otro componente muy importante que es el transporte en donde podríamos enmarcar las scooters y alguna excepción de moto como las NC F de Honda.

En el año 200A.c. En china, tras la explosión de un bambú, el ser humano descubrió su fascinación ante las explosiones. En torno al 600 y 900 se descubrió la pólvora y el hombre pudo desarrollar su asombro ante los fuegos artificiales. Encontrando a su vez un sentido útil en las aplicaciones militares: como las bombas y cañones.

Desde entonces, tras la llegada en 1.250 al continente europeo de la mano de Marco Polo, queda constatado que el atractivo por las explosiones no son algo exclusivamente asiático o culturalmente localizable, es algo que al hombre le fascina en su propia condición. Existe una gran cultura de pasión por estas explosiones: la caza y el tiro también circundan esta admiración del poder del dios Zeus. También reafirmada en los ojos de admiración de los niños y de los no tan niños ante el estruendo de una tormenta.

Como conclusión, no podemos menospreciar el asombro del motorista ante el ruido explosivo de su motor y su escape sin DB Killer. No podemos cambiarlo en nuestro corazón de humanos con un simple «esto es algo del pasado». Seguirá habiendo fascinación por la explosión y si la industria dejara de facilitar esta necesidad -todo apunta a que lo hará- las motos clásicas y su mercado cobrarán un gran valor durante los próximos veinte años. Porque las motos no son medios de transporte -sólo-, son en gran medida objetos de pasión místicos. 

En cuanto a las baterías como solución única de la propulsión eléctrica:

Este giro a lo eléctrico es bueno y necesario. Está en gran parte justificado pero se nos presenta desde los útlimos años mediante una sola fórmula: las baterías como almacenaje de energía. Para que entendamos el concepto de «almacenaje», digamos que la gasolina actualmente es el almacenaje de la energía que dará fuerza a la propulsión: el motor de explosión.

Los grandes fabricantes y los gobiernos, todos amigos oligarcas, funcionan con la siguiente fórmula: la economía nace de la necesidad. Luego, todos sabemos que la economía genera riqueza -esto es muy positivo sin duda-.

No me malinterpretéis: La economía es buena porque es natural y no existe otro camino. Negar la economía es negar lo evidente: en el mundo existe la necesidad y economizando los recursos podemos vivir mejor y cubrir nuestras necesidades a menor costo. Una vez aclarado esto  -para evitar malosentendidos- paso a la fomulación del problema:

La perversión aparece cuando se adultera esta fórmula: Si genero necesidad, entonces generaré economía y riqueza por ende. Esta es la manera en la que las oligarquías están trabando nuestro mundo a marchas forzadas. Podría ir a otros sectores y sería lo mismo, pero yo me centro en el mío.

Al controlar ellos el cuello de botella de esta nueva industria eléctrica automotriz «batérica» -entiéndase- aumentan de forma artificial el valor de los recursos; La obtención de materias primas para las baterías que tendremos que pagar nosotros de nuestros bolsillos previamente masacrados a impuestos por los mismos. Digamos que somos una «demanda guiada» por los poderes que nos dicen a dónde debemos ir y que controlan dicha oferta limitada.

Sólo hace falta buscar por internet para ver que desde los que estamos en contra, se demanda una transformación hacia el hidrógeno. En mi opinión es a día de hoy a dónde deberíamos ir. Con las ventajas consiguientes: menor peso que unas baterías, fácil repostaje, fácil reconversión de la industria: de las gasolineras en hidrolineras, modelos -especialmente en Japón- ya patentados y listos por si ocurre un giro inesperado… No sé, yo apuesto por el hidrógeno desde hace ya muchos años. Pero la industria parece no mirar hacia el futuro sino hacia una especulación que enriquece a los de siempre.

La carrera de Moto E fue terriblemente aburrida. Los aparatos ‘batéricos‘ pesan como vacas. Yo he llevado motos eléctricas y sí, son divertidas y excitantes como medios de transporte. Pero no son a día de hoy -ni parece que lo serán- viables de esa manera.

Veamos si puede el poder de las oligarquías contra la libertad de la ‘decisión libre’.

La redundancia viene aquí perfecta. La verdad te hace libre, puesto que eliges lo conveniente. A las oligarquías no les gusta ni que sepamos, ni que seamos libres; ni que elijamos. ¡Que siga la fiesta!

Eugenio Domenech

Lecturas para ampliar sobre el hidrógeno:

https://www.motorpasionmoto.com/tecnologia/la-moto-de-hidrogeno-esta-aun-mas-cerca-de-ser-real-se-ha-filtrado-una-segunda-patente-de-honda 

https://www.motorpasion.com/coches-hibridos-alternativos/coche-hidrogeno-futuro-japon-europa-no-tendra-facil 

Asociación española:

http://www.aeh2.org/ 

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